Amar es una lucha,
una pugna eterna
que, por contradictoria,
tiene sus lados amargos,
sus soledades,
sus puntas de lanza.
Las heridas sanan,
y, por fortuna, queda
lo mejor, siempre lo mejor,
para satisfacción y equilibrio.
La apuesta, por variable,
por impredecible y movida,
no tiene nada sencillo
en un haber que pesa
como la vida misma.
Juan TOMÁS FRUTOS.
¿Me la dejas?
ResponderEliminarPor supuesto que sí. Gracias por tu interés, de verdad, de corazón.
ResponderEliminarGracias a ti.
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