Me reservo para este viaje
que nos proporciona
la razón de una existencia
que ya no se presta
a marchitarse.
Juramos un amor eterno
que nos tendremos
a modo de tabla indiscutible
de salvación.
Hemos tenido suerte.
Las flores se alían
con sus aromas,
y nos imprimen carácter.
Reflejamos articuladas
declaraciones de amistades
profundas, queridas,
que llegarán a más.
Estamos seguros.
Hemos postulado
mucho más dinamismo.
Tenemos la seguridad
de un escenario
de anónimas inflexiones.
Hemos aprendido mucho.
Tenemos posibilidades.
Liberamos el camino
de los miedos
con mucha responsabilidad,
ésa que nos dicta el corazón.
No tendremos complejos
para bailar al son
de un duende sin paraíso
que hoy no se marea
en circunferencias extrañas.
Calentemos motores,
que vamos hacia el país
de la fantasía y de la alegría.
Lo es porque estás tú.
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