Te doy mi vida entera con un compromiso de amor eterno. Recojo velas que me vuelven del revés con unas invenciones de caricias dedicadas a las profundas decisiones de cariños repetidos. Te cuento lo que soy, quién soy, el porqué, y sueño con esa devolución que me propondrá la dicha de la solución a los males de la soledad, que lógicamente viene de ti. Te recuerdo como lo que despiertas en mí desde el primer día.
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