Nos haremos tantos favores como podamos en esa retaguardia que no tiene amores. Nos lamentamos por cuestiones que nos hacen liderar las voluntades más fastuosas, y respondemos con un blindaje que nos elimina de la faz de un cariño que ya no tenemos. Nos acobardamos desde un lado de la ventana que se abre y se cierra para no dejar ver nada de nada. Nos recordamos por todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario