Sobrevivimos
a las ausencias
a las que nos condena
la vida
sin mirar
a nuestros ojos,
que son los que dicen
y dictan
los resultados posibles.
Tiemblo
ante la desgana
que inunda esta relación
de palabras consumidas.
Nos hablamos
mucho y poco
con sentimientos queridos.
Iremos mañana
donde sea menester.
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