Estamos
ante el nacimiento
de una realidad
medio positiva.
Descendemos
hasta límites
que no admiten sospechas.
Nos amamos
con una gracia
que nos reserva
un poco de buenos deseos
que nos harán vivir
en la paz
de los que nos dieron
lo mejor de ellos mismos.
No vamos a prescindir
de nadie:
no debemos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario