Repongamos el amor.
No dejemos que se quede
en esa nada que no alumbra
y esteriliza las ilusiones.
Multipliquemos ese cariño
que nos nutre
de esperanza y de fe en el futuro.
Nos necesitamos
con el marco y la compañía
de los elementos más hermosos.
No fracasemos en el intento.
Plateemos la verdad
de las promesas
que nos hacen sonreír.
Son frescura y felicidad.
Juan T.
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