Una historia intensamente mórbida, pero también conmovedora, satírica, hilarante
A finales del siglo XIX, el dueño de una colonia industrial regresa de Inglaterra con una flamante y jovencísima esposa colgada del brazo. Es bella, culta y excéntrica. Su llegada, escoltada por su antigua institutriz y su hermana, una curtida sufragista de la que se rumorea practica el amor libre, sacudirá la anquilosada sociedad provinciana.
Personajes soberbios, profundos y ricos en matices. Una historia intensamente conmovedora, satírica e hilarante; un pulso narrativo que nos deja sin aliento conforme se aproxima a su extraordinario desenlace.
DOSSIER DE PRENSA
El siglo XIX entra en su recta final. Primeras noticias de insurrección en Cuba. España en vísperas del desastre del 98 todavía se deja sentir el esplendor de la modernidad, cuyos ecos se propagan desde Europa con la expansión industrial. París, Londres, Viena, son fuente constante de innovaciones: el ferrocarril, las comunicaciones telefónicas, la luz eléctrica, el cinematógrafo. Bóvedas acristaladas, máquinas de vapor, sirenas de fábricas, palacios de hierro y cristal, sólidos arcos triunfales, inventos de Exposición Universal…
De ultramar llegan cada vez menos riquezas y más protestas. Una buena parte de las industrias textiles se habían creado gracias a las fortunas coloniales de los que regresaban después de “hacer las américas”. Muchos son también los que siguen mirando más allá de nuestras fronteras para imitar los ideales ilustrados de tolerancia y progreso. Los grandes avances científicos y tecnológicos se dejan sentir en todos los rincones de la sociedad. Algunos de esos avances serán decisivos en la configuración de esta novela: Charles Darwin y su concepto de “selección natural”; Sigmun Freud y sus ideas sobre la dimensión psicológica de las enfermedades mentales; Jean-Martin Charcot, neurólogo francés, con el que estudió Freud en París, que desarrolló en el Hospital de la Salpêtrière sus famosas teorías sobre la histeria; William Morris, fundador de la Federación Social Demócrata, que rechazaba la producción en masa y defendía la creación artesanal y la educación y la cultura como formas para proteger y hacer progresar a los sectores sociales más desfavorecidos.
A medida que avanza la novela se va dibujando un ambiente político en el que se acentúan las revueltas, las mujeres están prácticamente excluidas del debate político, todavía no pueden votar. En el Ateneo y el Casino, intelectuales y obreros cuestionan la legitimidad del poder impuesto por la burguesía, se habla de sindicalismo, de cooperativas, de anarquismo, de partidos políticos, de huelga general, de Marx y de Bakunin. Se plantean si pueden confiar en la democracia burguesa, si merece la pena hacerse cómplices del orden existente. Algunos se proponen no acudir a las urnas, apostar por la anarquía. La euforia de la burguesía de las últimas décadas se va convirtiendo en desencanto.
El escenario inmediato es una pequeña ciudad de provincias, situada cerca de una gran capital. Se refiere a ellas respectivamente como “ciudad de provincias con pretensiones de solera” e “industriosa urbe cercana que un siglo después se autoproclamaría el asombro del mundo, era la segunda en importancia del país”. Muy crítica con la ciudad: “Una burguesía que se ha apoderado de la ciudad, creando el no va más de la modernidad, también de comerciantes reputados por su tacañería.”. Dominados por “el individualismo más feroz y la ostentación de familias recién enriquecidas en un país que arrastraba siglos de pobreza”.
No se indican los nombres de las ciudades, aunque sean fácilmente reconocibles, pero sí se describe con todo lujo de detalles el entorno doméstico de la casa y la colonia en las que se desarrolla la acción. La colonia, creada por León de Ubach en torno a la fábrica de hilatura y los telares y oficinas adyacentes, acoge las viviendas de los trabajadores. En ella ha invertido una inmensa fortuna. Es moderna, funcional, diseñada con los criterios cosmopolitas de su propietario. Situada en la ladera de la montaña con casas escalonadas a modo de pirámide. Tiene escuela propia, economato, dispensario médico, cantina, barbería, salón de baile, campos de frutales y un gran huerto colectivo. La mansión del industrial, en lo alto de la montaña, es un lugar moderno a rabiar, llena de lujos, un “edén rebuscado y artificioso”. Modernismo de formas voluptuosas y recargadas, adornos, cenefas y hierros retorcidos, descrito como un “jaleo ornamental”.
ARGUMENTO
En la mansión de los Ubach acaba de nacer un varón sano y fuerte, un estupendo primogénito, tras un parto largo y trabajoso. Sus padres, León e Inés, pertenecen a esa nueva burguesía, próspera e ilustrada, que crece a la sombra de las industrias textiles en una pequeña ciudad española de provincias, no lejos de la capital.
En la casa todo es agitación. La madre, Inés, muy débil, no se siente con fuerzas para alimentar al bebé. El médico de familia, Samuel, supervisa todo el proceso. Su presencia será omnipresente en la casa. El servicio se moviliza y todo se prepara para recibir a la nodriza que garantizará la buena alimentación del pequeño. El uso de nodrizas era algo habitual en el siglo XIX. La llegada de este personaje a la casa se vive como una amenaza rodeada de misterio. Su presencia no inspira confianza a nadie, desde el comienzo resulta un elemento perturbador. La joven no habla, se muestra indiferente ante la humillación de su baño y su reconocimiento médico. Su actitud con el niño tampoco parece muy voluntariosa. En algunas ocasiones muestra comportamientos agresivos. A pesar de todo, se quedará en la casa, nadie se atreverá a hacerle frente.
León había heredado la industria cuatro años atrás, cuando murió su padre. Antes de tomar las riendas del negocio familiar, a sus cuarenta y siete años, viajó a Manchester y a Londres, donde se inspiró en las teorías de William Morris, para aplicarlas a la construcción de la colonia a su regreso. En ese primer viaje a Londres conoció a Inés y a su hermana Tessa. La madre de las jóvenes había muerto de fiebres puerperales al nacer Inés. Tessa tenía entonces tres años y una Miss Lucy de treinta años, se ocupó de ellas. A la muerte de la madre quedaron arruinados. El padre, agregado de la embajada española en Londres, ateo, calavera, endeudado y tahúr, trajo la ruina a la casa de Belgravia. Por la casa, a donde acude también León, pululaban todo tipo de personajes, artistas y políticos mezclados con teósofos, ilusionistas y profetas. Representaciones dramáticas conviven con lecturas de poemas, sesiones de mesmerismo, timbas de dados y mítines políticos. El padre se descerraja un tiro, dejando a sus hijas desamparadas con una gran cantidad de deudas. León de Ubach se erige en su protector, salda las deudas de la familia y se casa con Inés. “En su cabeza, la joven Inés quedaría para siempre asociada a la idea de modernidad, iluminación, progreso.” De “alguna manera, la adquisición de aquella exquisita criatura se convirtió en una de las claves de su delirio ilustrado”.
La llegada a la colonia de la nueva señora de Ubach movilizará “las estructuras artríticas de la provinciana ciudad”. Miss Lucy va con ella como gobernanta. Tessa se traslada a la capital vecina, se ha convertido en una activa militante feminista, sufragista, que se gana la vida como traductora y prefiere seguir su camino independiente, antes que depender de su hermana y de su cuñado. También imparte clases a las jóvenes obreras en el barrio industrial que llaman “pequeño Manchester”.
Inés cae enferma, víctima de un desequilibrio hipocondríaco causado por “la indolencia, la falta de sentido y dirección de su existencia”. Una enferma apócrifa que va a encontrarse con el médico idóneo, un misógino y caradura sin escrúpulos, que fomenta sus dolencias ilusorias y le diagnostica histeria y ninfomanía y la encierra en su habitación casi sin alimento, aplicándole tratamientos morbosos que casi la llevan al límite de la muerte. Mientras tanto León está de viaje. La llegada de Tessa conseguirá romper ese círculo vicioso, pero en cuanto Tessa vuelve a irse, la tragedia sigue su camino y la muerte se cobrará sus prendas. En la casa la atmósfera se va haciendo irrespirable hasta desembocar en tragedia (“la atmósfera de matadero municipal era insoportable”).
Esta historia es la metáfora de toda una generación. Nuevos aires de modernidad que acabarán en tragedia y desencanto. La euforia de la modernidad degenera en el profundo sumidero de la España negra. Lo que era esplendor y prosperidad, derroche y lujo, se irá transformando en ruina y decadencia. Esa transformación queda muy bien reflejada en el texto que consigue transmitir tanto la exuberancia del lujo como la sensación de la descomposición y la decrepitud. Tras la pérdida de Cuba, la colonia entró en un rápido eclipse. “Hoy es un despojo, la ruina de un sueño ilustrado”.
Consumada la tragedia, las hermanas regresarán a Londres, donde Inés impartirá clases de música. Ya viuda tendrá una relación estable, pero sin contraer matrimonio, de la que nacerán dos hijas. Con ellas se llevarán a Julia para pagarle sus estudios. Julia siempre consideró a Tessa como su madre. Tessa continuó siendo una activa sufragista. Pudo votar por primera vez en 1918.
EL TÍTULO: “Adorables criaturas”
Contiene toda una declaración de intenciones. “Adorables criaturas”, una expresión fosilizada que se usa habitualmente con segundas intenciones para calificar a las mujeres. Esas dos escuetas palabras, utilizadas de forma irónica, resumen perfectamente la intencionalidad de la novela. Casi podemos imaginar el tono con aires de superioridad paternalista con que suelen ser pronunciadas. Dos palabras que en apariencia podrían parecer cariñosas e incluso elogiosas, pero que, en general, al ser pronunciadas para referirse a las mujeres, no solo se vacían de contenido, sino que vienen a significar exactamente lo contrario, hasta resultar insultantes: “adorables” porque son dignas de adoración, angelicales, mujeres trastocadas en musas o diosas, no consideradas en términos de igualdad; “criaturas”, que carecen de razón, que ni siquiera alcanzan un estatus para ser contempladas como personas, que no tienen entendimiento ni conocimiento, que están más cerca de lo animal o de la infancia. Es curioso observar cómo esa misma expresión cambia completamente de significado cuando se refiere a niños: “adorables” aparece entonces cargado de ternura y “criaturas” pone de relieve su condición de inmadurez como personas, pero es una inmadurez provisional (se supone que crecerán y alcanzarán el estatus de adultos no dependientes). Ese doble filo del lenguaje sigue hoy, más de un siglo después, en plena vigencia.
ESTILO Y SENTIDO
Una novela que se lee con fluidez y que nos atrapa desde el principio con su dosificada intriga y la fuerza de sus personajes. Un narrador omnisciente nos relata los hechos en tercera persona, intercalando diálogos que nos sitúan en el centro mismo de la escena, haciéndonos testigos privilegiados de algunos de los momentos más decisivos. La nodriza es el único personaje que no tiene voz, pero a través de su mente viajamos en flashback a sus recuerdos. Su pensamiento nos transporta a otros espacios de su huida y su miseria, creando algo así como una pequeña novela dentro de la novela con su extraña biografía marginal y caótica.
Dividida en cinco actos, y cada uno de ellos, a su vez, segmentados en pequeñas escenas que facilitan la lectura y le dan dinamismo al contenido. El orden de la narración es casi siempre lineal y cronológico, exceptuando los flashback de la nodriza o algunos saltos en el tiempo que sirven para ponernos en antecedentes (por ejemplo retrocede para contarnos cómo se conocieron Inés y León en Londres). Extraordinario manejo del lenguaje capaz de adaptarse al tono de cada momento, que oscila entre la descripción barroca, la crítica en tono jocoso, la parodia cómica, el drama… Destaca, además, la gran plasticidad de las descripciones.
Dolores Payás, (guionista, traductora, articulista y directora de dos largometrajes (Me llamo Sara y Mejor que nunca)) nos ofrece un ambicioso texto narrativo, cuyos hilos argumentales contienen varias posibilidades de aproximación: parodia de las novelas de folletín, homenaje a las grandes novelas decimonónicas; novela de tesis sobre la condición de la mujer y su lucha por la igualdad; metáfora simbólica sobre el doble filo del progreso… y todo ello con una manera de observar la realidad muy influida por las técnicas cinematográficas, acercando y alejando el objetivo sobre esa realidad, alternando visiones panorámicas y primeros planos.
La autora nos propone ir más allá de lo evidente. La cita de Hannah Arent con la que se abre la novela, nos invita a comprender en un sentido que trasciende la lectura superficial: “Lo importante es entender, y si los demás entienden lo mismo que yo he comprendido, me sentiré satisfecha”. Como parodia del género folletinesco, Adorables criaturas caricaturiza a los héroes románticos, a unos prototipos que acaban convirtiéndose en antihéroes marcados por la tragedia. El lujo y el amor no les salvan en esta ocasión de sus destinos trágicos. Lo que parece a simple vista novela romántica, es una auténtica novela denuncia, un alegato feminista, reivindicativo de la dignidad de las mujeres. Y un intento de plasmar algunos momentos decisivos de su lucha por la igualdad.
PERSONAJES
Las mujeres son las grandes protagonistas de esta novela. Se nos presentan distintos prototipos, todos ellos retratados con minuciosidad realista; un abanico de mujeres de la época, en distintas clases sociales, desde las más cultas y progresistas, como Tessa, hasta las marginadas y analfabetas como Águeda. Consigue construir retratos tanto físicos como psicológicos muy elaborados y de gran poder simbólico. Personajes que acaban representando a los distintos estratos sociales de la época.
INÉS
“Bellísima señora de la casa, ángel del hogar”. Etérea, sensible, delicada, “una genuina flor de invernadero”. Esa fragilidad será interpretada por los varones que la rodean como motivo de orgullo, La posterior enfermedad cuya causa será esa aparente debilidad, es tratada como consecuencia de sus encantos. En la colonia tiene fama de altiva y arrogante, aunque nada más lejos de la realidad. Vive en una campana de cristal y usa tapones de cera para no escuchar al mundo. Ni es romántica, ni quiere votar, solo aspira a una vida de paz y tranquilidad. Utiliza sus encantos femeninos para conseguir una vida cómoda. Se casa sin amor, se siente cómoda en su papel de “adorable criatura”.
TESSA
Contrafigura de su hermana de Inés, Tessa tiene “aires chulescos, casi masculinos”. Modelo de mujer dura, poco agraciada físicamente. Apodada “la inglesa”, liberal, mujer de mundo, intelectual, atea, reformista, celosa de su independencia, sufragista. Entregada a la causa feminista, trabaja con otras compañeras por la emancipación y la igualdad de las mujeres. Vive modestamente en un barrio industrial al que llaman “el pequeño Manchester”. Se gana el sustento como traductora de folletines góticos y tratados de metalurgia. Traduce por placer Vindication of the Rights of Woman, de la inglesa Mary Wollstonecraft. Realiza labores de voluntariado impartiendo clases a algunas niñas de clase proletaria. Acabará protegiendo a una de ellas, Julia, a la que pagará sus estudios en Inglaterra., ofrece mítines y predica la causa en distintos foros. Defensora del amor libre, pero más sensible de lo que admite ser, caerá en las redes del amor y cuando su amante, Álvaro, la abandona, enloquece durante un tiempo y cae en una profunda depresión y decadencia de la que la rescatará su alumna Julia.
LEÓN DE UBACH
Dueño y señor de la casa. Acaba de cumplir unos espléndidos cincuenta años en pleno vigor mental y excelente salud. Bien parecido, atractivo. Culto, elegante y firme, “como corresponde a alguien de la clase dirigente”. “León era lo mejor y más moderno que daban las clases ilustradas del país”. Un ilustrado de tenacidad obsesiva. “Viajaba y se las daba de culto. Era ambicioso, tenía vocación pedagógica, discurso de filántropo y medios económicos holgados”. Se considera a sí mismo un “progresista desapasionado y racional. Su padre católico fanático, odiaba todo lo que se extendía más allá de los Pirineos. León es un patrón modélico, que come con sus asalariados, mujeres y adolescentes de la hilatura a quienes considera los suyos, cree ser amado por sus asalariados. Se preocupa también la educación de sus obreros, convencido de que es esencial para que aprendan a tomar sus propias decisiones. Para ellos creará una colonia inspirada en los principios de William Morris.
MISS LUCY
Comenzó siendo institutriz de Inés y Tessa cuando eran niñas. La madre había muerto al dar a luz a Inés. Ella hizo durante toda su vida ese papel de madre. Ahora es gobernanta de la casa Ubach. Ya ha sobrepasado los cincuenta y lleva una vida marcada por el decoro y la contención. Está empezando a sufrir ciertos achaques de pre-menopausia. Viste de gris y tiene apariencia de potestad. Es protestante, y ve con buenos ojos la lucha por la emancipación femenina. Exquisita en sus gustos, le encanta leer novelas, especialmente a Emily Bronte, por la hondura y complejidad de sus personajes.
EL DOCTOR SAMUEL
Es un esperpento. Codicioso y charlatán. Un caradura que vive a costa de la familia Ubach. “Inescrupuloso galeno” que llegará a poner en peligro la salud de Inés. De mejillas rechonchas y mirada de “quien aún disfruta del mundo y sus placeres”. Entrado en carnes. “De gestualidad barroca y voz de mezzosoprano, morfología imprecisa y aires eunucos”. Difícil determinar su edad, aunque ya no era joven, parece más cercano a los sesenta que a los cincuenta. Cultiva sus rasgos afeminados casi con coquetería y muestra una misoginia bastante acentuada. Desde niño tiene una extraña relación de sometimiento a la madre. Lector de Saint-Preux.
ÁLVARO
Aún no ha cumplido treinta años. Tiene un bigotillo picante y los ojos azules. Es un joven con carisma al que todos escuchan con atención. Aplica cuatro lecciones aprendidas de Lord Byron: trajes sombríos, pelo largo, movimientos indolentes y aire melancólico. Brillante en lo profesional, ha pasado rápidamente de meritorio en un laboratorio químico a ser químico titular de la plantilla. “Un héroe romántico era apuesta segura en aquella capital segundona dominada por burgueses con aspiraciones cosmopolitas”. Implicado en enredos políticos ha pasado de ser lider de un movimiento de tendencia socialista a escorarse hacia el anarquismo. Abandonará a Tessa para casarse con la hija única de su patrón en el laboratorio. Ascenderá de forma fulminante.
LA NODRIZA (ÁGUEDA)
Su llegada al hogar despierta una “fuerza amenazadora”. Calificada como la muchacha sin nombre, es un personaje misterioso con un pasado sórdido que se irá revelando a través de la técnica del flashback de sus propios pensamientos, ya que ella no habla (“La inclusa, el menosprecio de las monjas, las burlas de las otras niñas. La huida desesperada y la vida errante. Los hombres ásperos, los hijos paridos y muertos.…”). Solo al final de novela, poco antes de dirigirse al patíbulo, le dirá su nombre a Tessa: Águeda. Personaje dibujado casi como un animal: “todo en ella semejaba una yegua de tiro, apretada y dura”. Procede del arroyo, llega sucia, huele mal. Lo primero que hacen es darle una buena refriega antes de someterla a un humillante análisis médico. La contemplación de Inés será para ella la imagen de la felicidad. Asesinará al hijo de los Ubach y será condenada al garrote vil en plena insurrección social.
MACARIO
El cochero. Enamorado con lujuria de Rita, la cocinera. Se pasan los ratos libres retozando. Para él nutrición y reproducción están estrechamente unidos. Disfruta de ambos.
RITA
Cocinera. Novia de Macario. Treintañera tostada de cuerpo rotundo y natural bondadoso, a merced de un temperamento “mercurial”. Su único hermano ha emigrado a Cuba y luego ha desertado. Estará pendiente de él durante toda la novela
ELENA
Criada joven y menuda de piel clara y rostro diminuto, con moño tirante. Parece en edad de saltar a la comba.
JUANA
Segunda doncella, casi una réplica de Elena, con similar moño tirante y “la misma escualidez de ratón pálido y laborioso”.
PEPITA
Maestra de la Colonia Ubach, en el Centro Educativo William Morris. Cabeza de chorlito, corta de luces y adicta a las novelitas de espadachines. A punto de cumplir los cuarenta, su máxima preocupación, más que el aprendizaje de sus alumnos, es buscar un acomodo afectivo “de última hora”. Parece que el hermano de Rita huido de Cuba será un buen candidato.
JULIA
Joven discípula de Tessa. Vive en el barrio obrero al que llaman “pequeño Manchester”. Quiere aprender para salir de su condición social. Rescatará a Tessa de la desesperanza y el victimismo. Años después, Tessa le pagará sus estudios en Inglaterra.
MADRE DE SAMUEL
Vieja despótica. Fisgona. Aficionada a traer y llevar habladurías. Su amor a lo escabroso añade mentiras a sus relatos morbosos sin importarle el daño que pueda hacer propagando esos rumores. Duerme con su hijo. Aterrorizada ante la idea de la muerte. Heredera de Celestina.
PADRE DE INÉS Y TESSA
Agregado de la embajada española en Londres. Ateo, calavera, endeudado y tahúr, trajo la ruina a la casa de Belgravia Simpático calavera, mujeriego y jugador. Su mujer murió de fiebres, puerperales al nacer Inés. Tessa tenía tres años y se ocupó de ellas Miss Lucy, que iba a cumplir treinta. A la muerte de la madre quedaron arruinados. El padre, agregado de la embajada española en Londres. Ateo, calavera, endeudado y tahúr trajo la ruina a la casa de Belgravia. Organizador de saturnalias, cenáculos. Destaca su apego a las faldas y su generosidad intelectual. Se descerrajó un tiro, dejando a sus hijas desamparadas en la ruina, con una gran cantidad de deudas. León de Ubach se casa con Inés y pasa a ser su protector. La llegada a la Colonia de la nueva señora de Ubach “había zarandeado las estructuras artríticas de la provinciana ciudad”.
EL COMERCIANTE DE MUJERES
Personaje que no tiene nombre. Encorvado con un punto siniestro. Se dedica a buscar nodrizas de aldea en aldea, que luego “vende” a la nueva burguesía adinerada. Le excitan las mujeres recién paridas y su gran sueño es retirarse y establecerse con una de esas hembras y tener una familia numerosa. A pesar de su trabajo y su apariencia, se considera un hombre “sensible y romántico”.
NOVIA DE ÁLVARO
Pelirroja, risueña, lista y culta. Hija del dueño de los laboratorios donde trabaja Álvaro.
REFERENCIAS CULTURALES
La novela contiene algunas referencias culturales interesantes para comprender mejor la intencionalidad de la autora y el sentido de la novela:
· Reivindicación de Josep Pla. En la novela se denuncia cómo ha sido un escritor expulsado de la inmortalidad literaria y proscrito de los libros de texto.
· Cita a Freud: “En ese mismo instante Herr Doctor Freud… trabajaba en una patología acabada en “filia”
· En Adorables criaturas se hace una parodia de la novela romántica y de folletín del siglo XIX, pero también se muestra admiración por varias autoras. Se citan expresamente entre las lecturas de Miss Lucy los folletines góticos, la obra completa de Jane Austen, y “toda la camada Bronte”, “las extraordinarias hermanas de sangre y pluma cuyas obras Miss Lucy conocía de memoria.”. Especialmente le interesaban los personajes de Emily: ”hondos, complejos, agonizantes”. George Eliot era, se dice “demasiado fuerte para sus usos puritanos” y Middlemarch estaba entre sus novelas favoritas.
· Se cita el diccionario del doctor Johnson, a Boswell, la obra de Lawrence Sterne.
· Se menciona a George Sand, a Chopin, a Musset, se cita dos veces a Lord Byron y también a Stendhal.
· Se cita a Cinto Verdaguer, reputado poeta versado en exorcismos.
· Aparece también el autor italiano Cesare Lombroso, autor de La mujer delincuente, la prostituta y la mujer normal. obra en la que hace afirmaciones como que “el 80% de los crímenes femeninos se cometían en periodo de tensión premenstrual”
· Hay referencias a la Sociedad Fabiana, y a los fabianos Annie Bessant y Bernard Shaw.
· Se menciona también a las sufragistas Emmeline Pankhurst y Madame Blavatsky.
Y UNA CURIOSIDAD: EL TRATAMIENTO DEL SEXO
Eros y Thanatos, inseparables en toda la historia de la literatura, conviven con naturalidad, como en la realidad y esa presencia no será escatimada ni censurada. Al contrario de lo que sucedía en la novela victoriana y folletinesca del siglo XIX, época en la que se sitúa la novela, donde habitualmente las escenas de sexo eran escatimadas por la censura o autocensura en nombre de la moral, en Adorables criaturas el sexo tendrá un destacado papel explícito.
Son escenas sexuales que se utilizan como parodia, de ahí que los personajes aparezcan caricaturizados al mostrar sus distintas fantasías, perversiones y comportamientos sexuales. Esta parodia forma parte de una más amplia que critica y pone en evidencia los excesos de la novela folletinesca y su manera de presentar una sociedad idealizada y edulcorada. Los personajes que serían héroes en la novela romántica son ridiculizados hasta devenir antihéroes.
Miss Lucy sufre ataques de necrofilia, no había visto jamás a un hombre desnudo hasta la muerte de su padre, desde entonces tiene pesadillas con ese órgano sexual del padre que se despereza; el doctor Samuel, duerme con su madre, que desde niño le consuela con su incestuosa mano enguantada; la presidenta de la congregación mariana de la ciudad sufre un desmayo en plena celebración de los gozos a María y se descubre en público su zoofilia con un fox-terrier que luego regalará, para su deleite, a una sobrina adolescente; Macario, el cochero, y Rita, la cocinera, viven en un constante desenfreno erótico; las doncellas, Elena y Juana despiertan sus instintos con el joven carbonero; Tessa, en teoría, defiende el amor libre, en la práctica, se enamora perdidamente de Álvaro y enloquecerá temporalmente al ser abandonada.
La sensibilidad de Inés y su fogosidad onanista será interpretada como una enfermedad muy de la época: La histeria o “furores uterinos”. Hacia 1890 se habló de una verdadera epidemia de esta enfermedad. El onanismo femenino se consideraba “causante de consunción y de tisis, así como de multitud de afecciones nerviosas”, tema muy en boga, estudiado por Sigmun Freud y su colega de estudios neurológicos en París, Jean-Martin Charcot. A raíz de su enfermedad, Inés de Ubach pasará “de beldad casta y prohibida”, a poblar las fantasías pornográficas de los hombres de la ciudad, la consideran la “ninfómana local”.
FRASES DESTACADAS DE LA NOVELA
EL PSICOANÁLISIS
“Existen yacimientos de arqueología demasiado antigua. Su exhumación libera hordas peligrosas, y no se ha inventado exorcismo seguro contra ciertos demonios”.
LA HISTERIA
“Los tratamientos represivos, algunos de extrema violencia eran pura misoginia. No fue una coincidencia que esta supuesta dolencia (la histeria) se “descubriera” en un punto de inflexión del movimiento feminista, cuando éste empezaba a triunfar y presionaba a la sociedad patriarcal desde muchos frentes”
“Con el tiempo la enfermedad se desestimó, pero vale la pena anotar que sus connotaciones permanecen en el lenguaje cotidiano. Aún hoy, en la segunda década del siglo XXI, una mujer que se comporte de modo demasiado emocional o con más rebeldía de la aconsejable corre el riesgo de que la califiquen como una histérica. Y si el adjetivo se aplica a un hombre, hay muchas posibilidades de que éste sea homosexual”.
LA RELIGIÓN
“La iglesia de la colonia era un mero trámite, una graciosa concesión a la ignorancia de los obreros. El señor De Ubach no tenía el menor interés por el fenómeno religioso, vestigio arcaico destinado a extinguirse. El ferrocarril ya había revolucionado el planeta, las comunicaciones telefónicas se impondrían pronto sobre el correo, la bombilla haría otro tanto con las velas y las lámparas de aceite. Y toda superstición sin fundamento empírico sería sustituida por la razón ilustrada”.
LO FOLLETINESCO
“El crimen poseía los ingredientes idóneos: familia de posibles, asesina desnaturalizada, un niño inocente, protagonistas extranjeras. Allí había carroña suficiente para alimentar a la alta sociedad y al populacho; la afición por lo truculento no discriminaba ni entendía de lucha de clases.”
LA PRENSA
“Con ese extrema facilidad que tiene la prensa por subrayar lo anecdótico obviando lo esencial, se había conseguido que la opinión pública viviera más pendiente de aquel suceso criminal que de las reivindicaciones sociales y sus negociaciones fallidas. El gobierno exultaba, y con razón. Con una prensa opositora tan ansiosa por colaborar…”
LA MUJER
“El hombre es de constitución más fuerte que la mujer, y su cerebro también es superior. Y no estamos hablando de opiniones, sino de hechos comprobados”.
“Todas las mujeres son máquinas quebradizas y complejas. Cuando no les falla una pieza, les falla otra”.
LA EDUCACIÓN:
“De pronto entendió que allí estaba la respuesta. La niña, el libro, establecían la línea de continuidad. La educación, solo la educación podía salvarlas a todas. Lo había gritado Mary Wollstonecraft y la castigaron con el manicomio”.
EL DETERMINISMO BIOLÓGICO
“Tessa hubiera querido gritar, explicarles a todos que aquella muchacha era tan inocente como sus víctimas. Que su maldad no era tal, sino solo miseria, ignorancia, hambre y frío.
LA REPRESIÓN EN LAS CALLES
“El estrépito de la parafernalia militar surcó los cielos para liberar su carga sobre la multitud. Procedentes de diversas partes de la ciudad se oyeron rituales de guerra… El aplastamiento de los insurrectos fue fulminante, ejemplar…La sufragista caminó a trompicones por escenarios avasallados. Charcos de sangre, adoquines sueltos, sabor a pólvora, restos de barricadas, una hoguera moribunda, carbones humeantes, un zapato tirado. Más de lo de antes y lo de siempre. Indigencia, analfabetismo, enfermedad”.
LA AUTORA
Dolores Payásnació en la provincia de Barcelona, pero pronto ensanchó horizontes. Durante varios años vivió en México DF. Trabajó como guionista para la televisión y fue pianista acompañante en escuelas de danza clásica y academias de canto para aficionados (en una de ellas hizo una memorable gira con un grupo de mariachis).
Actualmente vive una existencia medio nómada. Reparte su tiempo entre Beijing y Barcelona, con temporadas en Suiza, Inglaterra y Grecia. Payás es autodidacta y sus campos de interés son amplios. Es una apasionada de las lenguas, la literatura y la música. Adora las casas de campo, si son viejas, tanto mejor. En el jardín y la cocina olvida el reloj.
Ha escrito para cine y ha dirigido dos largometrajes. Es traductora, y ocasionalmente publica artículos culturales. Tiene dos hijas y una nieta.
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