Vayamos hacia ese mar que nos saca de las dudas en las que hemos sido humanos desde la amistad menos peligrosa. Hagamos caso al corazón. Nos debemos oportunidades.
Destaquemos las presencias que nos han de llevar hacia el umbral que no plantea batallas, sino generosidad para avanzar.
No toquemos en los nidos de las impresiones gastadas. Vayamos hacia la novedad que nos aclara qué podemos desarrollar para ser felices.
Apostemos por las causas que nos preparan para el primer destino. Hemos de conocer lo que nos sucede con importantes anhelos hacia el bien cosechado.
La existencia tiene flores que hemos de plantar, abonar, podar y contribuir a realizarse. Podemos mucho, pero es cuestión de verlo. Creamos en nosotros.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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