Te cuento qué soy, pero no te digo que soy nada si ti. No quiero que tengas tanta fuerza. Cuando lo sepas, todo será un desastre.
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Me has dado mucho, y, aunque no te lo diga expresamente, sabes que te lo demuestro con hechos. Eres una referencia inequívoca en mi vida. Me has dado mucha vitalidad. Soy menos complicado y más feliz por ti, y no por lo que me regalas, sino por conocer que existen seres humanos tan generosos como tú. Sois, las personas que os comportáis de semejante guisa, el futuro de este mundo, puesto que sin lucha alguna combatís tanta mediocridad.
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Uso tus deseos para demostrarte que no se sostienen. Me has dado tanto que hemos ocultado las razones de ser de ese destello que nos unió. No me rompas más, corazón, que aún estamos a tiempo de volver atrás, de rastrear el camino y de emprender la genuina dirección por una vereda que nos regalará amor, ese sentimiento que tanto ansiamos.
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