Aceleramos los deseos, que crecen sin que ninguno llegue a cerrarse en la forma debida. Me quedo en mitad de una aventura que traspasa los caminos de una era sin una tonalidad ligera y cómoda. Me despierto en una bruma, en ella, en mitad de la nada, y experimento las cautelas emotivas que me desgarran el alma, ya cautiva de la nada.
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