domingo, 21 de junio de 2009

Sin escapatoria

Mi corazón
adiestrado y silencioso
te mira
desde esa vitrina
donde lo coloqué
cuando todo se vino abajo.

Subo con lentitud
la escalera
de una salvación
que se llama soledad,
que no implica fracaso,
o sí, quizá.

Estoy en un mar
de dudas sin método,
pues no contaba contigo,
no contaba con un alma
gemela y anhelante
de una vicisitud divina.

Miro el cielo
y te veo:
no tengo escapatoria,
ni quiero, amor.

No hay comentarios: