martes, 27 de abril de 2010

Intenciones y frutos mediáticos

La intención es muy importante en los frutos que podemos recoger tras un trabajo más o menos arduo. No siempre tenemos lo que merecemos, pero sí es verdad que la actitud incide o hasta condiciona los resultados. Hemos de agudizar el ingenio ante las intenciones mediáticas que nos rodean, que nos han de aproximar con resoluciones de los conflictos que otros hacen permanentes. Hemos de provocar que las mediaciones nos sirvan, que nos emplacen para recordar lo que nos pareció maestría con unas singularidades equidistantes. El virtuosismo nos ha de agudizar el ingenio, que lo tenemos, y que es más en la comunión de presencias reales. Nos hemos de poner en guardia. Hagamos caso a la vida, que nos entroniza con regalos acordes con las misiones en las que todo es posible.
No dejemos para otros momentos lo que podemos hacer hoy. Las consecuencias de todo cuanto fuimos se refuerza con las palabras de los que nos llevaron por la senda de una suposición que es destreza superior. Hagamos que todo sea de la mejor manera que podamos compartir. La solvencia nos ha de venir de la integridad en los planteamientos, en todo lo que hagamos.
Salgamos de confusiones inútiles y tratemos de aprender en el conjunto, dando y recibiendo con el tono más simpático y amable, que, indudablemente, nos ayuda a trasladarnos a la conformación y a la conformidad más variopinta. En esos diversos orígenes está la virtud con la que adecuarnos a los instantes de mayores pasiones. Nos tendremos el tiempo que haga falta. No juguemos a la instantaneidad y hagamos que los consejos sean de todos y para todos. Las direcciones únicas no nos valen. Hemos de alentarnos todo lo que podamos con la conformidad de aumentar las sugerencias y sus resultados.
Demos lo más apetecible a los que nos rodean en la idea de que ofreciendo recibimos mucho más. La panorámica ha de ser extensa para que no nos falte nadie de manera consciente o inconsciente. Hemos de abundar en esos moldes que no han de constreñir sino servir de acicate para todo cuanto ha de venir por la senda más maravillosa. Nos debemos sentir preñados de conocimientos fundamentados en los universales griegos.
Añadamos espacio a esos momentos que nos indican que el sí es relativo. No suspendamos a priori ni dejemos para mañana lo que es obra diaria. Nos hemos de alimentar con las ayudas y las fraternidades. El positivismo, como diría Popper, también ayuda, y lo sabemos. La actitud es básica en la cosecha. No consintamos que la frustración se apodere de nuestras jornadas. Hagamos extensiva esa postura a quienes nos rodean. La comunicación es, evidentemente, el nexo de unión. Siempre, o casi siempre, lo es. Los frutos están ahí, si queremos verlos, claro. Vislumbremos las intencionalidades y sus inmediatos o mediatos resultados. Seguro que, entre los compromisos y obligaciones, podemos hallar mudanzas e incluso mejoras.

Juan TOMÁS FRUTOS.

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