martes, 11 de marzo de 2014

Calma comunicativa

Nos implicamos en lo que puede ser devolución a los elementos más sensacionales, buscando entre las "empatías" que nos declaran parte del mejor sistema, que no puede quedarse en los eternos inicios. Hemos de dar un paso más.

Nos brindamos frescura e intenciones que son con memorias distraídas. Hemos de comunicar lo que es aviso y destreza con destellos menos planos.

Nos hemos convencido de querencias en el sistema, que ahora es y previene con sus toques maestros. No rompamos la definición de otras etapas.

Nos impulsaremos con unos "trasteos" de ánimos que nos deben consultar hacia dónde movernos con insistentes dichas.

Conglomeramos experiencias de cariño. Eso nos hace ser muy humanos. Nos agradecemos lo suficiente. La calma comunicativa nos insiste, nos repone, nos ayuda, nos destaca cuanto es y lo que será.

Juan TOMÁS FRUTOS.

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