jueves, 10 de julio de 2014

La vida llama

Nos esforzamos. Nos dedicamos a vivir en la paz de antaño. Siempre es. Nos regalamos cumplimientos que nos continúan por las mejores sendas.

Hemos de averiguar cuanto nos merece la pena. Distingamos. Nos debemos a los uniformes más señalizados con amores singulares.

Nos daremos el todo que es más y más. Los hechos nos siguen con presencias diáfanas. No topamos con las razones, pero lo haremos.

Hemos de continuar por las veredas de antaño, de siempre, de la pulcritud. Nos debemos a las uniformes querencias que nos proponen presencias peculiares. Nos llamaremos en cuanto sea menester.

Dejemos el todo que es afición. Las suposiciones nos han de indicar la vereda más distinguible. La vida nos llama, y hemos de considerarla en todos sus planteamientos.

Juan TOMÁS FRUTOS. 

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