sábado, 29 de septiembre de 2018

Emoción multiplicada


Multiplicamos la emoción
con un gusto
que nos lleva
donde los instantes
nos apasionan, son.

Hemos complacido en un nuevo mundo
que se quita los espejos
y las impurezas que tanto pesan.

Bailamos
para dar con la gracia
que nos hará querernos
sin ningún disimulo.

Los aires de la presencia
nos llevan
donde ansiamos ser:
progresamos por el linaje
que nos puede,
que es fuerte.

Hemos aprendido a no distraernos,
aunque a menudo nos quedamos
con esos sueños
que se hacen realidad:
ahí es donde emprendemos
ese vuelo prometedor
que no acepta trampas.

La existencia nos brinda
multitud de experiencias,
pero para dar con ellas
hemos de salir a la calle.

No hay otra,
y, si la hay,
siempre pasará por ti,
por nosotros,
por este lugar
que sabe a empeños y creencias
en el ser humano,
empezando por lo que implicas,
por lo que me susurras
de buena mañana,
por la expresión de la tarde,
y volviendo a retornar
en la jugosa noche.

Eso es:
la emoción máxima,
que se multiplica.

Juan Tomás Frutos.

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