En la ola del día

Está decidido.

Nos subimos al día
sin ansias, esperando que todo sea
cuando deba, sin dosis añadidas,
sin números establecidos.

Nos generamos genuinas expectativas.

Nos dejamos llevar.

Algo bueno ocurrirá.

Conectamos con la jornada
desde el deseo de una felicidad sencilla.
Poco a poco entramos en él,
en ese día que, aunque repetido,
tiene algo de especial.

Los ingredientes básicos
pasan por el amor sincero.

Somos afortunados: está.

De no tenerlo, el cariño, este día,
seguramente nos valdría la conclusión
de los demás.
Debe dejar, no obstante, subirnos a sus pasiones,
a sus divertimentos esenciales,
con un aprendizaje más leal.

Vamos a tener mucha suerte.

Es el propósito, será la enmienda,

y será el final.

Así lo pensamos,

y así ocurrirá.

Todo se irá confabulando.

¡Anda, por ende, ya mismo,

súbete a su ola,
que este día ha llegado por ti!

Juan Tomás Frutos.