Nos estimulamos
con el comienzo del día,
que nos pone en el sitio soñado.
Nos rozamos.
Todo se convierte.
Hemos entendido lo que sucede.
Nos llevamos de la mano
a ese punto perfecto
que nos demuestra el sentido
de las cosas, de la vida.
Nos apasionamos.
Nos entregamos.
Nos preparamos.
Todo va como debe,
e incluso mejor.
Y en el comienzo del día.
Nos ayudaremos el resto de la jornada.
Juan T.
No hay comentarios:
Publicar un comentario