miércoles, 13 de agosto de 2008

Con el corazón en los cuadros de mi amiga Joaquina: títulos y reflujos

-A vueltas con la vida: Son los primeros pasos, los primigenios escarceos, y ya contemplamos el Porvenir. Todavía hay ilusión, mucha ilusión, y todo se presume en positivo. -Más que el dinero: Todo el oro del mundo, todas las monedas del universo inventado y por inventar no servirían para comprar y pagar la ternura y la mirada de un niño. El único color que debe imperar es el del amor. -A por los primeros pasos: Ya estamos ante el primer esfuerzo, ante el primer afán de superación. Intentamos ponernos de pie, procuramos ver desde el señorío de la verticalidad. Todavía la mirada es limpia y sin auténtica fatiga. -A través del tiempo: De pequeño, no hay tiempo, no puede haberlo, no existe, no es. Mientras las manillas del reloj se mueven, hay “minutos y horas” y lugar para todo. -Dulces como el chocolate: Nada más dulce que la infancia, que la ingenuidad de esos primeros años en los que no hay turbulencias mentales, en los que el juego es la gran verdad. -Embelesado: Todo le llama la atención, todo le sorprende, todo le ilusiona, mientras el universo se compone y se recompone a su alrededor. ¡Ojala pudiéramos mirar como él! -¿Qué me estáis haciendo? Lloro por la torpeza repetida que me roba el azul ilusionante y el verde de la esperanza. El gran dibujo de la Naturaleza se deshace por la contaminación que anhela únicamente riquezas a cualquier coste. Todavía estáis a tiempo. -La edad de la inocencia: No hay nada más puro que la mirada de un niño. No hay nada tan perfecto, tan querido, con tantas posibilidades de entrega y de paz. No hay nada, por otro lado, tan en vías de extinción. El amparo es preciso, por él, por ella, por todos. La amenaza es enorme. -Todos al compás: Juntos pueden, podemos. La música suena para todos y cada uno de nosotros. Nadie debe faltar al baile: todos deben ser invitados a la danza de la dicha. -Soñando con la vida: Ya viene a este mundo y, en la tregua de esa conquista, ya empieza a soñar con lo que hallará. De momento, el universo es rosado, sonrosado.

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