La decisión ha sido tuya

Superamos la prueba inicial, pero ahora quedan muchas más. Nos hemos quemado de un modo u otro; y, cuando tenemos la impresión de una mudanza multitudinaria, nos volvemos a la misma conmemoración, a una efemérides que me desasiste fuertemente. Me pierdo todo.

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Lo extraordinario se repite, pero no para mí. Me convoco a un punto donde no veo la puesta de un Sol poco efectivo y fatigado. Nos mienten, y las semillas se secan entre cadáveres que nos asustan por cosas que no decimos.

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Me aclaro poco y vivo entre anuncios que nos convocan a lo menos poético. La asistencia se convierte en un boicot, en un diálogo de sordos, en una ausencia de planteamientos.

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Me decido a dejarte, y lo hago, y no quiero ni pensar que has sido tú quien has tomado la decisión.