martes, 19 de abril de 2011

El ejemplo de la Semana Santa en Murcia

Semana Santa en Murcia. Todo tiene su gracia, su duende, su tiempo, su zozobra, su regusto, su solera, su pizca de amor... Es Murcia vestida de hombres y mujeres, de señales de salvación, de dudas, de cariño, de solidaridad, de pasión... Es Murcia, una Región que marca encrucijadas como la vida misma, todo un cruce de caminos.

Hay más de 600 años de historia en estos días. Recogimiento, exaltación, colorido, música, silencio, saetas, lloros, alegrías, recuerdos, infancia, siempre infancia, más infancia... Los sentimientos se mezclan para dar con un sabor especial en el arreglo de los tronos, en las miradas de imágenes y de personas, en la conexión con lo espiritual, en los saludos de todos cuantos nos hallamos en la calle, porque la gente está al refresco y al reposo de sus devociones, que algunas veces se ensalzan con la emoción de los enamorados de unas historias que, pese a ser repetidas, se viven como la primera vez.

Experimentamos, en estas jornadas, toda una semana para el encuentro. Sales a las calles de Murcia, de Cartagena, de Lorca, del Noroeste, del Altiplano, del Mar Menor, de Mazarrón y de Águilas, sales por todos los rincones, y en todos ellos ves que hay comunión de intereses inmateriales con el gracejo de quienes vienen y van en busca de una complicidad sin límites. En Semana Santa, la comunicación está en la calle, es en la calle misma, donde nos reconocemos como hermanos. Advertimos, en este sentido, como en otros, un ejemplo, el de nuestra Región de Murcia y sus gentes, para todo el año, para cualquier lugar del planeta. Vivámoslo así.

Juan TOMÁS FRUTOS.

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