sábado, 24 de noviembre de 2018

Imposible de superar


Hay personas que siempre están ahí. No sé si son conscientes, pero, en tu caso, realmente lo sabes, y he ahí la magia del momento que tanto y tan bien nos mueve a través de ellas. Conocen, y vuelvo al genérico de la casta, el paño de lo humano, y eso se palpa. Trasladan, esas gentes, un conjunto de valores que tienen que ver con el sacrificio, el amor, la amistad, la solidaridad, el empeño, la voluntad, la confianza, el afán de superación, la bondad, la intención leal, etc., a todos cuantos les rodeamos, y por eso, claro, no queremos apartarnos de sus estampas.

Ciertamente, parte de su encanto es que no perciben lo que les digo. Su humildad, y buen hacer nos llevan de la mano, juntos, con toda naturalidad. Son una apuesta segura en los óptimos y en los pésimos tiempos, que valoramos con su grandeza, gracias a ella.

Descuellan por muchas cosas. Tienen premios y dones por doquier. Hablo de valores, y no de precios. Subrayo multitud de motivos: son ingentes por sus palabras, por sus hermosuras, por cómo guardan silencios o hablan cuando toca ser gallardos, por sus anhelos, por los ciclos en los que se inmiscuyen, por la fuerza de sus actuaciones, porque saben estar donde entienden que han de ubicarse, porque dicen sí cuanto toca sí y no cuando es menester negar, porque se guían por el corazón y no por la razón cuando vacilan en las encrucijadas, porque ponderan la sociedad en vez de corresponder la individualidad.

No dejan de lado nada que merezca le pena. Han sabido salir a la palestra de los ánimos, y con ellos se conectan todos los días... y nos transportan igualmente. Sonríen, lloran, son humanos, y no esconden esa realidad abstracta que a todos nos conduce a soñar como base del acontecer diario. Han sido alumnos, y ahora son maestros.

Tenemos a gala llamarlos, escribirles, confesarles quiénes somos, porque, sin ellos, pocas cosas tendrían sentido. Lo bueno es que, de manera espontánea, natural, poco a poco, nos registran esto que les apunto. Por eso lo gloso ahora.

Ésta va por ti, amigo Pepe Castillo Abreu. ¡Eres imposible de superar!


Juan TOMÁS FRUTOS. 


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