sábado, 27 de abril de 2019

Soltar lastre ante lo esencial


No acumulemos más de la cuenta. Acostumbrarnos a soltar lastre es garantía para no ser egoístas, al menos no en exceso. La avaricia provoca mucho daño y genera una ingente pena. Los hábitos nos hacen: los buenos y los malos. Procuremos los mejores. Este día es una oportunidad para demostrar que lo que decimos son más que palabras. Es aconsejable no querer mudanzas drásticas que, por sus premuras y por ambiciosas, no suelen funcionar.

En paralelo, transformemos las miradas, sus ópticas. A veces, pensémoslo, hay que alejarse de los pozos de los deseos. No olvidemos que son pozos y que, además, pueden concederlos. Asimismo, es posible que nos convenga arriesgar, así que, entonces, no me hagan caso. Ponderemos según el contexto.

Los días, imagino que todos, se presentan como símbolos de fe, que equivale a esperanza. Ésta lo puede todo, todo lo es. Nos justifica cada jornada. Podemos superar, gracias a ella, los obstáculos, sean cuales fueren, con esperanza en el presente, más que eso, en el mañana.

Lección de vida

No hay más lección de vida que ésa: somos, si somos algo, esperanza, la cual se entiende como equivalente a la felicidad, que únicamente se consigue en comandita, en sociedad.

Siempre que penséis en vuestras existencias, meditad sobre el concepto de esperanza, que debéis hacer realidad. Tened fe, seguid, continuad, sacando fuerzas de donde parece no haberlas. Con esa actitud, todo podréis.

Me sentiré tranquilo de que así sea. No os puedo desear nada mejor: la fe, como constatáis, mueve montañas. Las moveréis. Además, no olvidéis que no siempre crecer es una cuestión de altura. Lo esencial no se registra en lo superficial.

Juan Tomás Frutos.

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