En la tregua

Niego que no podamos, niego que no debamos, niego que todo sea desesperanza. Estás tú, y yo codo con codo para cuanto necesites.

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Nos despertamos entre plumas que nos hacen reír. Suspendemos las malas acciones que nos hicieron quedarnos con colores poco atractivos, y empezamos a vivir como siempre soñamos.

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Te consiento ser, y soy con tus destrezas, que me proponen vivir. La paz es de los dos.

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Te aclaro algunos conceptos que me solicitan una tregua que ya empiezo a poner en práctica.