Hoy tenemos cielos nubosos que expresan esa lluvia en corazón que nos empapa y que nos llena de nostalgia. Llueve y reventamos ante la debilidad que nos llega con fórmulas y convenciones. Pasan las horas y nos prestamos a respuestas imprudentes que siguen sumando. Llueve, hoy físicamente, espiritualmente, casi como ayer, que no lo vimos.
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Nos sostenemos con riesgos e intereses manifiestos que nos obligan a garantías que no podremos prestar. Somos partidarios de órdenes que nos conciben como esperpentos. No estamos listos para la pugna.
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La elección no es libre: nos financiamos con promociones que nos alegran entre cuadros de esfuerzos. Modificamos noblezas que nos retan con debates. Ya veremos.
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Tenemos capacidades para cambiar ante contrapartidas que nos alegrarán el día. Estamos completos y sin esos perfiles absurdos del combate cotidiano.
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