Vigilo los deseos,
y veo
que los reflejos
denotan un ansia
que nos define
con promesas cumplidas.
Congeniamos
y somos en la amistad
que nos propone
con caricias y libertad.
Miro, compruebo
y siento lo que tú:
los mensajes nos relatan
lo más previsible.
No nos rendimos:
es cuestión de un tiempo
que ya llega.
Juan T.
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