domingo, 15 de mayo de 2011

Disponer y aplicar la comunicación

Apliquemos los remedios que nos parecen necesarios para abonar ese campo donde hemos de consolidar los buenos procesos. No neguemos las evidencias con unas sintonías que se pueden quedar en la puerta de atrás, sin visita alguna.

Apostemos por la resolución de algunos conflictos, y pongamos toda la carne en el asador para ver las consultas de expresiones singulares. Tengamos la fiesta en paz, y seamos leales a nosotros mismos. Nos hemos de prevenir con claros ejemplos de bondad. Demos todas las valentías posibles con unos usos de prestaciones periódicas. Nos hemos de unir a la gran verdad.

Supongamos todo aquello de lo que somos capaces en una alternancia de presentaciones con imaginaciones y superaciones de todo cuanto nos oferta pensamientos en el puro vacío que nos descontrola. No esperemos que las cosas sean. Los afectos nos han de rodear con unas consideraciones que nos han de reunir en las ágoras de las experiencias en positivo, que hemos de desarrollar.

Lo que nos pareció poco puede que ahora sea importante, o puede que haya sucedido al revés. Lo que cuenta es que intentemos esas transformaciones que nos han de conformar con realizaciones permanentes. Hemos de implicarnos de raíz, como si el mundo y sus recursos se agotaran, de modo que sanemos con esfuerzo y cariño cualquier problema que pueda surgir.

Los despertares de otras etapas nos han de aliviar en los tránsitos de una apatía a otra. No dejemos que las secuelas de otros fracasos nos detengan. Los equívocos han de utilizarse para que no vuelvan a suceder. Las disposiciones de ánimo son cruciales para que los tropiezos se superen. Comuniquemos los errores como base para que no se repitan. Los grados también han de tenerse presentes.

Insistamos en los momentos buenos, que existen, que se dan, y que, a menudo, pasan desapercibidos como si no tuvieran valor. Los malos parecen levantar más polvaredas, y eso no es de recibo. Apliquemos todas las fuerzas posibles para sobreponernos a los envites de la existencia, y tengamos a bien los considerandos que nos hacen aletear sin que nos demos por vencidos. Demos la vuelta a lo que nos sucede cuando no sea tan agradable como deseamos. La idea siempre es ir sumando con la comunicación, que hemos de disponer y aplicar.

Juan TOMÁS FRUTOS.

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