lunes, 30 de junio de 2008

Desde el silencio

Te aviso con una bocanada de humo que me pone en la prueba máxima. No lograré estar donde nada es lo que parece.



Soñamos con un prototipo que nos implica en unas calmas que nos consienten las desdichas en las que todo es previsible.



Te diré que vale lo que no es sincero. Nos hemos llamado como amistades peligrosas con un entusiasmo más que entregado.



Te he puesto en ese lugar sincero que me previene de sentimientos profundos. No te diré todo.



Lo manso nos recuerda un fomento de caricias que nos convierten en la sal de una salida terrible.



Quedo con un bálsamo de penitentes desdichas. Nos consumimos con una práctica de devoción simpática.



Nos ponemos en un planteamiento que nos imprime el carácter diverso. No podremos decirlo todo.



Nos hemos dado una batalla final que nos imposibilita casi todo. No te veré en la otra vida. Nos divertimos.



No te puedo decir todo lo que pienso, aunque piense lo que digo. Nos hemos convocado a otra reunión.



Te callas con un otorgamiento de la visible emoción supersónica. No te diré todo cuanto viene por la calle de atrás.



Guardamos silencio. La vida es un poco más o un poco menos. Nos hablaremos con justicia. Nos hemos implicado lo justo.



No tengo mucho que decir, ni poco, ni nada. Nos hemos maravillado con una sapiencia cargada de entusiasmo. No seré yo mismo.



Nos estrujamos la versión más ramplona de un mundo complicado desde lo menos divertido.

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