lunes, 30 de junio de 2008

Sin moldes

Te agradezco tus “pensamientos”, tu cercanía, tu corazón, tu esfuerzo y tu empeño por entenderme, que sé que no es fácil. Has demostrado que estás por mí, que eres capaz de sacrificarlo todo, de dejarlo todo, por emparentarte conmigo, por permanecer a mi lado, por defender una causa que te motiva y que te entiende mucho, más. Estamos en el mismo barco, y, aunque no sé el rumbo y el “tempo” que vamos a llevar, no me preocupa. Estamos juntos, y basta. La dicha viene de esta fantasía convertida en realidad con precisión y con acelerada interpretación. Estamos en un podio de entusiasmo, de competición suprema en la que nos regalamos los galardones. Los resultados son excelentes. Divulgamos el puro arte. Vivimos un hiperrealismo que centra un taller repleto de retratos tuyos. Te soy en una noche de potencia gloriosa. Ganamos en el cambio, en la mudanza que nos refresca. La luz se desparrama por tu cabeza, y el cauce del amor se desborda. Nos abrigamos ante el viento y nos entregamos en una estupenda vida que califica a algunos de aventajados. Hemos escapado de la cárcel. Seguimos un camino recto. Contamos con el apoyo de gentes que nos aman. Tenemos el tono apropiado: ligero, natural, pegadizo, subjetivo, apacible, validado por fines y momentos insuperables. Nos prometemos con contundencia que no nos vamos a defraudar, y así será. Estamos en un anhelante destino que nos fecunda y que nos convierte en híbridos no puristas, lo cual nos hace más comprensivos respecto de los demás, que no son ni mejores ni peores, sino distintos. Así podemos aprender. Interpretamos un contexto plagado de oportunidades, de deseos y de personalidades. Nos acogemos en las orillas de un mar en atardeceres rojos y azulados. Tenemos una ineludible raigambre que nos hace cómplices en un acto de inicio lleno de formas. En la intimidad nos amamos, y nos reubicamos en un espacio sin pendiente. Ampliamos el espectro de actuaciones y de posibilidades, y luego soñamos para no despertar de esta bendita demencia. Hemos roto los moldes y estamos en una actitud vitalista y estimulante.

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