jueves, 26 de junio de 2008

Explicación

Si os dijera como me viene la inspiración, seguramente, amigos lectores, os sentiríais muy sorprendidos. La idea de esta “cestita” de artículos es, sí, causaros admiración en el sentido de “generar” algo inesperado. También pretendo activar y provocar vuestras conciencias desde el juego sintáctico y gramatical. Es una especie de divertimento en serio con el que llamo a la puerta de vuestro corazón sin olvidar el intelecto, que considero elevado. Brindar antecedentes, interpretar, racionalizar sería condicionaros, poneros en guardia, y yo no quiero eso. La prosa poética debe ser libre, tan libre como los momentos que la inspiraron. El frescor debe inundarlo todo cuando estamos en la lectura entregada de lo que dice un “aprendiz del mundo”. La terapia ha de funcionar a ambos lados del océano de la emoción. Espero conseguirlo de algún modo, aunque sea mínimamente. Por otro lado, me vais a permitir también que os diga que yo gozo con la lectura propia. Después de todo, los versos admiten diversas interpretaciones en función del contexto y del estado de ánimo. En verdad os digo que a menudo me “reencuentro” con textos que escribí y me pregunto si he sido yo el autor. Ocurre que el alma es difícil de aprehender con sus lenguajes sencillos y complicados, según se mire, según sea, según aparezcan. Además, en ciertas oportunidades se esconde del amor y de lo genuino por miedo, supongo, a no sobrevivir. Entiendo que es posible disfrutar de millones de maneras, en cientos de rincones, estando tapados, sin sentimientos de uno o de otro perfil, sin dar a conocer cosas del interior o de fuera. La tragedia de la existencia nos viene de fuegos atrapados con subjetividades fingidas. No quiero yo que sea éste el caso que nos mueva en este espacio común que nos hemos confeccionado para ciertos instantes del día o de la semana. El objetivo es viajar sin cortapisas, con la libertad de aquel que se siente dispuesto a disfrutar cada amanecer y a desgranar cualquier resquicio del corazón a través de las múltiples experiencias cotidianas. En eso me mantengo y trataré de proseguir con perseverancia.

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