martes, 28 de octubre de 2008
La suerte puede cambiar
Arrecia el temporal como símbolo de un arreglo definitivo. Nos damos más. .... Nos soltamos esas riendas que nos tomaron el poco pelo de un mundo en flor. .... Restregamos el pan que no tenemos, y después quedará, como sabemos, el hambre, solo el hambre. .... Nos gastamos malamente, con inquietud, cerrando las directrices de lo menos gravoso. .... Correspondemos ante un mundo que nos aflige. No estamos bien. Nos enteramos tarde. .... Adecentamos el paso de un destino casi a la fuga. Nos traspasan con sus dagas funestas. .... Presentimos unas soluciones primeras; y se quedan en las últimas. .... No podemos despegarnos de unos tiempos pretéritos que nos ahogan cuando dejamos de nadar. Los amores no fueron bien, pero nada indica que la suerte, mala, no pueda cambiar. .... Me aclamas como lo que no soy. Nos quedaremos en un punto normal para no determinar el futuro. .... Sorteamos muchos obstáculos con presentimientos y decoraciones del corazón.
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