Podemos empezar
por donde queramos.
Nos hemos ablandado
con los sueños
de raíces hondas,
queridas,
superpuestas
entre novedades
de fatigas
que suplican
estar y ser.
No podemos negar
la mayor destreza.
Hablamos de tomar
casi en serio
lo que es ferviente
lucha en la paz.
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