Ha muerto Ismael González Lorente. Destacamos todos los medios de comunicación su enorme papel al frente de la Agrupación Sardinera. Ante todo, creo que conviene resaltar que era una gran persona. Eso es lo más importante. Tenía 52 años. No es edad para marcharse. Ninguna edad lo es. De nuevo, la cercanía de la Parca nos coloca donde no queremos, en ese precipicio del dolor ante las ausencias, que suman más pena de la que somos capaces de aceptar.
Muchas son las personas queridas que se nos han ido en los últimos años. Cuando uno se hace mayor también añade, al currículum vital, esa soledad que provocan las despedidas que se nos acumulan.
Duele. Su Dios del Olimpo, quizá todas las deidades, puede que el Plutón que veneró con su grupo, le acogen en alguna parte, en todas probablemente. Echaremos de menos esa mirada tan particular, ese tono sosegado, ese saber estar con su presencia grande y moderada.
Se va un hombre de ingentes cualidades. ¡Larga vida a lo que fue, a lo que es, a lo que nos legó! No olvidemos, como advertimos en él, que la seriedad y el buen humor pueden caminar en una comunión perfecta. Hasta siempre, Ismael.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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