Mañana estarás conmigo.
Te he esperado largo tiempo.
Todo ha sido complicado:
lo que merece la pena
lo es inexplicablemente.
Sigues en esa atalaya
por unas horas,
y, mientras, me preparo
para una experiencia única,
singularizada y novedosa.
Debo poder
mantenerme en calma
en esta tesitura de nervios
e ilusiones variopintas.
Me digo que estaremos mañana
tan juntos como el aire
en tus pulmones
que respirarán con los míos.
Estoy a punto de conocerte
y te amo más que a nada
en este mundo.
La aventura que aparece
es una pura maravilla.
Enseguida te estoy abrazando.
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