sábado, 19 de junio de 2010

Más ilusión y confianza que aspectos negativos

La fe mueve montañas, y lo hace porque es mayor que otro tipo de actitudes o sentimientos. Lo bueno es, al menos a día de hoy, en todos los ámbitos, más. Lo que ocurre es que hay minorías que hacen más ruido. Estamos convencidos de que los brillos son superiores, y ello también ocurre en el sector de la comunicación. La situación del sector periodístico es crítica, con muchos cambios, con reducciones de plantillas, con medios en coyunturas complejas en lo económico y en lo laboral. La pérdida de credibilidad y la misma saturación y fragmentación de los mercados y de los consumos comunicativos hacen que estemos ante una etapa de emergencia en varios sentidos, de dudas y de vacilaciones, y también de cambios hacia un nuevo modelo, donde Internet será, más pronto que tarde, el “Gran Medio” como convergencia de todos los demás. Las perspectivas son muy abiertas, con multitud de opciones.

Todos sabemos que querer es poder, que asumir compromisos es parte de la decisión para cumplirlos y que, todos en comandita, podremos llevar a cabo la enorme tarea de recuperar algunos prestigios perdidos por el camino y sentarnos para afrontar y mejorar una serie de situaciones señeras en las que deberíamos ponernos de acuerdo, como son la situación laboral, la necesidad de un reciclaje permanente, la lucha por derechos y condiciones económicas, etc.

La ilusión, la fe y la confianza no son los últimos sentimientos que hemos de perder. Son las condiciones indispensables para poder encarar el futuro inmediato, que precisa de altura de miras y de fortalezas donde antes hallamos debilidades o apatías. Las nuevas promociones de periodistas, con una formación estupenda, vienen empujando fuerte, y creemos que les debemos las suficientes oportunidades ante el que para todos es un quehacer dotado del brillo de poder servir a la sociedad. Hagamos, como un compromiso voluntario, todo cuanto esté en nuestras manos para que el sector tenga viabilidad, visibilidad en positivo y un futuro prometedor.

A pesar de todas las vicisitudes, el nuestro sigue siendo un gremio, un oficio, hermoso, atractivo, que ejercemos con vocación y con entusiasmo. También es cierto que, en estos momentos, y para eso también está el Colegio de Periodistas, debemos estar más unidos que nunca. Algo en lo que insistimos en los últimos años es en la formación y en ganar crédito y en reforzar los diversos aspectos éticos que siempre han arropado a nuestra profesión. En ese trabajo, que es bastante, contamos con todos/as vosotros/as.
La crisis está ahí. No podemos ni debemos negarla, pues sólo con su reconocimiento podremos llegar a determinadas conclusiones. Todos precisamos de los brillos de la profesión, que aún permanecen, que son muchos, que pueden ser incluso la mayoría, pero que, en todo caso, deben superponerse a los numerosos ruidos y filtros que otros, en minoría probablemente, tratan de colocar. Apostemos claramente por lo que es más coherente y por lo que, asimismo, nos puede hacer más felices. Es evidente que hay más ilusión y confianza que otros aspectos menos nobles. No sólo debemos pensarlo: como hacemos ahora, hay que resaltarlo.

Juan TOMÁS FRUTOS.

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