miércoles, 24 de noviembre de 2010

Nuevos soportes con normas aún vigentes

Todo cambia, y todo sigue en cierta forma. Definir hoy en día lo que es la Prensa, Radio o Televisión pasa por esa interpretación, por esa nueva puesta en escena que supone la convergencia de todos estos instrumentos mediáticos en lo que denominamos Internet. Estamos ante una encrucijada, un encuentro, que implica cambios, nuevas tendencias, nuevas rutinas de labor y de mejora, así como de desarrollo.
Las TIC´s son un motor para todo. Los medios de comunicación no pueden ser menos. Ahora uno escucha la radio en una pantalla de ordenador al tiempo que, en ese mismo portal, atiende las noticias principales, sus ecos y repercusiones y, en paralelo, tiene la opción de conocer lo que fue noticioso el día anterior y de consultar lo que dijeron los expertos al respecto. Poco a poco se incorpora a todo este bagaje de sonidos y de escritos una serie de videos con aquello que estiman los editores de estas plataformas multimedia que tiene relevancia y se puede optimizar mejor mediante imágenes locutadas.
Por lo tanto, la Radio ya no es lo que era, como no lo es la Prensa, y como no lo es la Televisión. En esencia, lo son, pero no en las formas: los soportes y su implantación e impregnación son otros, mejorados, mucho más inmediatos, con más capacidad de almacenaje y de permanencia en el tiempo y en el espacio.
Los consejos y la plasmación de éstos, en el caso del ejercicio periodístico, son los eternos: consultar varias fuentes, ponderar derechos, ser buenas gentes y generar confianza… Esto no obstante, cambian los formatos, los envoltorios, de las diferentes noticias, reportajes, crónicas, críticas, entrevistas, etc. En realidad, jugamos con los mismos baluartes y resortes, en el caso del lenguaje audiovisual, pero su nivel de competencia en sentido global es mucho mayor.
Por ello es conveniente que empecemos a pensar en nuevas valoraciones y en asertos respecto de lo que es el ejercicio profesional en el siglo XXI. Nada es lo que fue. No valen interpretaciones (como mucho, pueden ser puntos de partida) que nos dejen anclados en viejas fórmulas que ya no sirven, o que apenas se utilizan.
Gran oferta
La Prensa se apoya cada vez más en lo gráfico, y, sobre todo, se expande a través de la Red de Redes. Mientras, los modelos audiovisuales tienen una nueva etapa dorada en lo digital, pues se multiplican más y más, llegan a los diversos rincones del planeta y todos participan de las ventajas (también de los inconvenientes) de un consumo multiplicador y en paralelo, de modo que uno puede ver una televisión en una mini-pantalla y atender otras ofertas audiovisuales con más o menos fervor, al igual que tiene la capacidad de desplegar otras ventanas con las opciones escritas de otros medios masivos o de diferente calado.
El ruido con todo esto es mayor, como lo es también la saturación informativa, como lo es también la superficialidad en los consumos, por las prisas y por el cansancio que puede provocar tanta oferta múltiple. De lo que se trata, ante todo ello, es que consideremos con mesura y equilibrio las ventajas, y que las aprovechemos, como debe suceder en toda era de tránsito como es la actual. Los beneficios, ante toda mutación, dependen del análisis previo que hagamos, de las iniciativas y actuaciones que llevemos a término, y de las consideraciones que tomemos en cuenta.
La voluntad firme en este sentido ayudará. No olvidemos que los nuevos medios, en su fundamento, son los de siempre, con los tradicionales fines de informar, formar y entretener. Mejoran los soportes, pero las normas que aprendimos, en lo básico y sustancial, siguen vigentes.

Juan TOMÁS FRUTOS.

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