Cada vez que surge un medio de comunicación, todos andamos un poco más libres por nuestro mundo. Por eso es un motivo de orgullo y de alegría, que ha de ser contagiosa en el buen sentido. Los tiempos que corren son para que valoremos todo, y, si es posible, como es el caso, en positivo.
Una nueva publicación es un elemento más para la crítica, para el conocimiento, para la formación, para el entretenimiento, para seguir los pasos de los eventos y las opiniones que se van gestando, produciendo y compartiendo. Es, en la interpretación que señalamos, un asomo de libertad, un soplo de esperanza, un ápice para constatar una mayor seguridad a la hora de movernos por los espacios que tenemos concedidos o marcados. Es, debe serlo, una bombona de oxígeno.
En este desarrollo imparable que experimentamos, con el añadido actual de la crisis en lo económico y en otros órdenes, nos hallamos ante la esperanza de que la verdad y la veracidad, que no la verosimilitud, vayan encontrando ese hueco en el que sentirnos más cómodos y con más capacidad para optar a lo que nos conviene individual y societariamente.
Creo que es lógico que demos la enhorabuena a quienes vienen con savia nueva y con agallas para aguantar el tipo en un momento complejo. Esperemos que no les falte coraje para decir su verdad, como también anhelamos que desarrollen el oficio desde la premisa de las buenas intenciones y atenciones, desde la consulta de dos o más fuentes (sobre todo en los aspectos más sensibles); y pedimos, igualmente, que se ponderen los derechos ciudadanos en el sentido de no hacer daño por hacer daño, de no difamar, de tener en cuenta a las minorías, a los menores, a los más desprotegidos añadiendo razones y buenas maneras a todo cuanto aquí se haga desde la óptica del Periodismo, del buen Periodismo. Seguro que así será.
Además, dentro de la sencillez a la que aludimos tan sólo pedimos que, cuando se produzcan distorsiones, errores o equívocos, éstos no sean mal intencionados, y que, en paralelo, se tenga la gallardía de corregir y de rectificar todo lo que sea preciso para que conciliación y reconciliación con la sociedad sean lo más plenas posibles.
Gracias, compañeros y compañeras, por el esfuerzo y el empeño, y adelante. Que la fuerza del mejor Propósito os acompañe. En él me hallaréis.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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