Considero
que
en cuestiones de amor
el
territorio no ha de ser neutral.
Si
lo es,
no
habrá pasión,
ni
dudas, ni certezas al viento,
ni
consideraciones para comenzar,
ni
avisos,
que
apenas tendremos en cuenta.
Cuando
se trata
de
un auténtico cariño
hemos
de reconocer
que
la vida,
en
sus respectivas etapas,
necesita
de un contexto
con
el que iremos despertando
a la
proximidad más linda.
Todo
es,
o ha
de ser,
con
premisas fundadas
en
esos pies suaves
que
corren, aletean
y se
enganchan
a
refrendos de fe
con
abrazos incorporados.
Considero,
sí,
en
verdad, porque lo preciso,
que
la tierra que pisamos
se debe
comprometer solidariamente
con
lo que elucubro,
con
aquello en lo que creo.
Desde
esta meditación
me
despierto cada mañana,
y la
veo, te veo,
y sé
que nunca nunca
me
faltará el amor.
Aquí
la tierra es un don.
Juan Tomás Frutos.
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