Sueña el amor
con
más amor
en esta tierra de destrezas,
y
nos surte de efectos
que
nos liberan
en
mitad de todo
y de
nada
con
un compromiso singular:
ser felices.
Nos
aupamos,
con él, por su presencia,
en
esas escenas
que
protagonizamos sin ensayo.
Nos
fidelizamos
con
reglas que nos comparan
con
intenciones
que
nos llevan
hasta
el inicio
de
los mejores tiempos,
que
nos alzan.
Es el cariño
que nos asombra
en este espacio singular
que es regalo.
Auguramos
buenos resultados
con
premisas que nos señalan
el
mejor camino.
Lo tomamos
para dar con los sueños,
que aquí sabemos descifrar
con métodos y componentes únicos.
Sueña, soñamos.
La encrucijada es unión.
Juan Tomás
Frutos.
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