Recuerda
que este territorio
en el querido Campo de Cartagena
nos dio todo.
Nos propició la felicidad
cuando al vivirla
se presentaba como pura normalidad,
cuando no éramos capaces
de enunciarla,
pero sí de saborearla.
Nos hemos amado
desde el primer momento
con ese auténtico flechazo
que supuso
el que me acogieras en tu regazo.
Eres el salvoconducto
para el contento
que nos recubre con vientos
de pasiones infinitas
en unos trayectos
que nos recogen al amanecer.
Trabajamos al unísono
para liberar
las gratas energías
que nos inducen a estar
en el mejor punto.
Salimos cada día
de un deseo
para fomentar otros,
al tiempo que los cumplimentamos:
animamos esas energías
que nos alejan de lo malo.
Caminamos
en un inicio perfecto
y nos involucramos
en la verdad que une
a cuanto es
desde la emoción infinita
por estar juntos,
una dicha que agradecemos
y por la que laboramos.
Procuraremos
que no cese lo bueno
e intentaremos que llegue
cuanto más mejor.
¡Que siga!
Juan Tomás
Frutos.
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