Nos convencemos
del amor,
y ahí vemos que algo va mal.
El cariño verdadero
necesita muchas cosas
pero no que nos convenzamos
de lo que supone.
Se trata de vivir, de ser felices,
de poder, de levantarse
con una sonrisa,
de irse a la cama con ella también.
Todo lo que sea cercano
a obligación o a compromiso cerrado
acarrea distancias,
y la lejanía nunca es amor,
o casi nunca.
Para poder hay que ser.
Juan T.
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