Puede que todo
nos conduzca
a un cambio casi perfecto.
Puede que seamos
en ese instante de paz
que nos encumbra
a las posiciones soñadas.
Es posible que ocurra,
y que seamos esa pareja
única, simbiótica,
singularmente empática.
Sabemos, quizás,
que estamos listos,
y lo estamos, decimos, de veras
en este encuentro amistoso
que nos provoca mejorías.
Veremos: es factible.
No quitamos comas,
ni ponemos puntos,
ni nos metemos en enredos
que no aporten.
La mejor actitud
cuando damos con la felicidad
es disfrutarla sin rodeos
y procurando otorgarnos
el beneficio del segundo,
aquí, ahora mismo,
en esta colina
donde se originó el universo
contigo, a través de ti.
Juan Tomás Frutos.
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