Miro
algunas de tus obras, efímeras, como el viento, con el paso del tiempo. Todo ha
ido, va, muy deprisa.
Te has adecuado a esas circunstancias que miden
con raseros que han de complementarse. Lo has procurado, y así lo advierto.
Nos has invitado con constancia a un interior en
el que creemos. Te has relajado y has hecho que seamos en tu extraordinaria
actividad, en la que nos realizamos contigo.
Nos comportaremos, tú y yo, al unísono en una
travesía que nos ha de dar un acopio de buenos intereses, con los que nos
expondremos.
Todo ha ido al compás de una belleza que nos
serena. Escuchamos. Podemos con sensaciones nobles. Al final, has consolidado
tus anhelos.
Te doy las gracias por ese don que compartes en
un ejemplo de vida que sigo porque eres honesto, coherente, voluntarioso y
bueno. No se puede pedir más. Suena la música, contemplo tu estampa en la
plaza. Todo es soberbio. Hay un ritmo estupendo.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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