Te miro en el albero, y estipulo deseos en estos
amaneceres hermosos. Nos declaramos protagonistas anónimos, y nos sentimos
contentos por ello.
Hemos personalizado los compromisos, que asumimos como
nuestros. Te lo debemos. Podremos con el destino, porque lo advertiremos como
aliado.
Nos acercaremos a los rayos de un Sol que nos embriagará de amor. Será un aliado de las Lunas que nos regalarán incursiones
cariñosas. Aprendiste, aprendimos, con ellas.
La actitud es generosa. Es cuestión de tiempo, de poco,
para que la fortuna nos calme. Si lo creemos, funcionará ya. No seamos más
ambiciosos de la cuenta, que “el hambre
que no tiene hartura no es hambre pura”.
Vayamos al punto de encuentro. Lo sabremos cuando
lleguemos. No dejemos que nos trastornen las circunstancias que no
comprendemos. Respondamos con cifras que han de recordar que la medida somos
nosotros, hombres y mujeres, mujeres y hombres, seres humanos. Es sencillo. No
admitamos clientelismos.
La faena de cada tarde te enseñó estupendamente, y nosotros
aprendimos, reiteramos, contigo.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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