Cuadramos con los años, y nos colocamos en los ámbitos que nos pretenden con normas de oro que nos inculcan qué hacer en cada instante.
Nos reponemos con palabras que buscan honores. Nos pensamos. Hemos dado con los mejores motivos. Nos afirmamos.
Los anhelos nos van dejando ese sentido que nos viene como anillo al dedo. Nos consentimos. Nos destacamos.
Hemos enredado. La vida es un poco de todo. Nos normalizamos. Las sensaciones son grandes. Nos reflejamos.
Los misterios nos consienten. Hemos reservado lo mejor para los tiempos sencillos, que lo son por nuestra intercesión.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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