sábado, 4 de abril de 2020

Lo sabrás


Imagina que tu tiempo
ya no es tu tiempo,
que tú no eres tú,
que el amor no es amor,
que lo que tienes no lo tienes,
que lo que eres ya no es,
que lo que pretendes se finge,
que lo que cae no se levanta,
que lo que surge no motiva,
que lo que viene no vale,
que lo que buscaste no está,
que lo prometido es deuda...

Piensa en lo que fuiste,
en si quieres volver a ser,
en lo que serás en una esquina
antes que en un gran palacio.

Medita sobre el honor,
en torno a la belleza,
a las opciones y querencias,
a las visiones y ternuras,
a las previsiones cumplidas,
a las elucubraciones en otras estancias.

Vigila lo que conseguiste
en una etapa
que vuelves a llamar
casi como nueva.

Sí, controla y sé tú
con la previsión más maravillosa.
Puedes en verdad.

Mantén el paso.
Debes estar listo
para dar con las garantías
no escritas,
aunque razonables.

Estate pendiente también
de lo que suceda
olvidando lo negativo
y expresando lo más sencillo
como base de la experiencia dichosa.

Juntemos las fuerzas.
Pongamos los óptimos casos
en ese lado donde nos engrandecerán.

Suma todo lo que puedas.
Sé paciente en la docencia,
en lo que cosechas y en lo que serás.

Todo lo bueno, lo mejor,
sin duda, un día de estos,
aparecerá,
y espléndidos rayos de luz
te llevarán con simpatía
a esa certeza ansiada.

En ese preciso instante,
querido, querida, tú
serás tú, será tu amor,
y será tu tiempo.

"¿Cómo lo sabrás?",
te preguntas.

Y yo te digo
que lo sabrás bien.

Juan Tomás Frutos.

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