Nos devolvemos
a esa dicha de juventud
en la que nos sentimos libres.
Lo somos de nuevo.
El sueño se ha hecho realidad.
Como pensamos, ha sido por amor,
que consideramos perfecto,
y por él nos insuflaremos ansias
de una relativa felicidad
que nos hará estar enteros.
Volvemos al comienzo.
Y ahí nos quedaremos.
Juan T.
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