Miro
esa presencia
que supone
tus anhelos
de una paz
bien llevada,
y te aclaro
que la voluntad
porta ansias
de objetivos
más que variables.
Te consuelas
con lo que tienes,
con la devolución
a una empresa
cargada de pensamientos
que fluctúan
de un lado a otro.
Nos quejamos
sin tomar medidas
que añadan
un poco más.
Nos dejamos llevar.
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