lunes, 31 de mayo de 2010

Por la serenidad comunicativa

Planteemos con equidistancia la máxima serenidad en la comunicación. Hemos de añadir los espacios más tiernos, flexibles y consolidados. Pensemos en lo colectivo, en el bien común, y todo con la comunicación. Juntos somos más y mejores. Amanece en este nuevo día con una ocasión entre oportunidades que hemos de procurar que brillen. Repartiremos los anhelos comunicativos con unas voluntades que nos deben incentivar para ser entre equipos que nos asaltarán con menos dudas. Sabremos, o debemos saber, con una incentivación de resultados queridos. Hemos de mirar mucho más allá, y sin atropellos. Nos hemos querido mucho. Debemos demostrarlo sin ambages.
Nos damos los buenos días con unas actitudes de manifestaciones muy apreciadas. Hemos de abundar en lo obvio, en lo que nos ha de sacar de los rituales más sinceros. Nos hemos convencido de espacios con reglas que nos adelantarán con vacíos que podemos considerar existenciales. Abordaremos más simpatías con unas resoluciones de caricias en plenitud. Estamos preparados para aceptar las sensaciones que nos olvidan en momentos de pura extensión de cuanto nos gusta. Hemos dicho el sí con una fantasía que es remate fugaz.
No s debemos serenar ante lo que ocurre con unas comunicaciones periódicas. Hemos dado lo más y lo menos con una voluntad de querencia auténticamente sincera. Nos hemos consultado algunas soluciones que nos han de llevar hacia la vehemencia más pacífica. Estamos enfrascados en situaciones fantásticas con las que construiremos los mejores edificios y estaremos prestos, así, para acudir a las suficientes citas. Nos pondremos a dialogar. Hemos aprendido y más que sabremos con el transcurrir de varios tiempos que nos harán empatar, lo cual es bueno.
Tenemos que ponernos a pedir, y no para nosotros. No haremos reclamaciones interesadas, excepto para darnos unos avisos con los que consumar las voluntades de quienes nos dijeron que era mejor estar y vivir en la paz de los ancestros, que nos enseñaron mucho. Suponemos que es mejor que nos entendamos, pero realmente la experiencia nos dictamina que es así. Las premisas han de contribuir a que las marchas lleven los mejores ritmos. Adecuemos todo con mucho más.
Suspiramos constantemente por esos gozos que han de plantear solventes conclusiones a las peticiones de amistad, de entrega, de encuentro, de superación, de hábitos consolidados y salubres… Hagamos que todo funcione con una cierta responsabilidad. Hemos tomado partido por soluciones que nos declararán las tareas más confluyentes con cuanto hay que llevar a cabo. Debe valer lo que nos ocurre. La existencia nos sorprende. Las señales nos darán resoluciones frente a los posibles olvidos. Hagamos que la comunicación los deje un poco más fortalecidos. Seguro que podemos. Nos espera un alto interés, que no sólo es personal: ha de ser colectivo. Serenemos los ánimos, y hagamos que funcione el proceso comunicativo sin ruidos y sin filtros.

Juan TOMÁS FRUTOS.

No hay comentarios: