martes, 25 de enero de 2011

Estrategias de destino comunicativo

Nos surtimos de magníficos ejemplos que nos deben servir para potenciar paradigmas con los que sumarnos a los mejores propósitos. Urdimos planes abiertos para que las cuestiones positivas funcionen. Y van hacia delante.

Nos hemos de armar de valor para que los elementos se unan en torno a los cauces que nos deben transportar hacia los mejores sitios, donde todo debe tener un cierto afán de conquista querida, sincera, simpática. Hagamos caso a los corazones que nos imponen sus refuerzos más singulares.

Apostemos por las miradas que nos implican en tareas que no deben transitar sin pronósticos de querencias en grado superlativo. Las esperanzas no deben faltar ni fallar. La existencia es en ese todo, ese don, que es tono mediático, especializado en salidas con sus toques maestros.

Prestemos emociones a los equilibrios en los que hemos de vivir con sus expresiones más brillantes. Demos prestancia a todo lo que la tiene, y seamos en ese grupo donde el todo nos da sentido y espíritu. No gocemos sin dar con las bases que nos animan a existir con las alturas que son contemplaciones y meditaciones más que posibles. Hagamos caso a todo lo que nos sucede.

Las determinaciones por y para hacer algo nos liberan de las misiones que no siempre dan con lo factible. Olvidemos los instantes que se consideran horrores. Demos con los lados más optimistas. Mirando, siendo, lo son, y aún más lo pueden ser mientras aguardamos lo realizable en relación a lo deseable. Nos debemos admirar con buenos pronósticos, con superaciones de todo lo que nos parece que tiene una estrategia de destino comunicativo. Hemos de divisarla y de procurar alcanzarla. Nos debemos valer de las opciones que aparezcan.

Juan TOMÁS FRUTOS.

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